lunes, 29 de agosto de 2011

La Ausencia

Busco en el cielo una señal y la señal la encuentro en la tierra, en cada paso que doy, en cada mirada al horizonte, evoco los felices momentos en que tomados de la mano, caminábamos por doquier, amándonos sin freno ni medida y admirando tu hermoso rostro y tu resplandeciente ser.

Anhelo con toda mi alma, estar a tu lado, para mirarme en tus hermosos ojos y perderme en la profundidad de tu mirada, saboreando tus jugosos labios y disfrutando la hermosa luz de tu presencia, encontrando paraísos perdidos y edenes místicos en pausa.

Dios a hecho posible este alejamiento, para darnos cuenta de la hermosa y bella luz de nuestra unión y que aquilatemos el valor de nuestro inmenso amor.

Día y noche lloro lagrimas de inmenso dolor por la ausencia de mis seres amados, mis dos niñas y su hermosisima madre, pido a Dios nuestro señor, que nos reúna nuevamente, para alcanzar la dicha plena de integrarme con la hermosa luz de su presencia.


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